viernes, 30 de diciembre de 2011

RITUAL DE AÑO NUEVO

El paso de un año a otro produce naturalmente el deseo de hacer un examen del pasado, así como tomar decisiones para el futuro. Como cristiano encuentro refugio en Dios yen su Palabra por ejemplo Isaias 49:4 dice:

y yo que había pensado: "He pasado trabajos en vano, he gastado mis fuerzas sin objeto, para nada." En realidad mi causa está en manos del Señor, mi recompensa está en poder de mi Dios”.


Sin embargo se han preguntado ¿Hasta cuándo nos seguiremos reuniendo cada fin de año? ¿Hasta cuándo estas reuniones solo quedaran en “buenos propósitos”? Debido a esto les comparto la siguiente reflexión del
Dr. Miguel Angel Nuñez.(Doctor en Teología Sistemática, Magister en Teología, Licenciado en Filosofía y Educación, Licenciado en Teología, Misionero, Escritor, Orientador familiar. Escritor y Autor de mas de 45 libros.




“Graben esto en su corazón; cada día comienza en nosotros un año nuevo, una nueva vida" (Ralph Waldo Emerson).

Convengamos que el “año nuevo” no es más que una ilusión. Llega el 31 y amanece el 1, pero astronómicamente no es más que el anuncio de un momento que no tiene más sentido que el que nosotros le asignamos. Sin embargo, a través de toda la historia y todas las culturas, el “año nuevo” ha venido precedido de celebraciones y jolgorio, la mente humana tiene maneras de inventar formas de vivir con lo inevitable y también con la esperanza.

La celebración del año nuevo es más bien un acto de fe. Se celebra la posibilidad de que el futuro nos depare algo diferente a lo que vivimos en el pasado año y que podamos dejar atrás el dolor, los malos momentos y las angustias.

En el legado histórico seguramente el año 2011 será recordado como un momento que dejará huellas imborrables en muchos. No me refiero sólo a los acontecimientos que todos conocemos en términos de personajes públicos desaparecidos en circunstancias trágicas, las protestas estudiantiles que han sido seguidas en los rincones más extraños de nuestro planeta o de las malas decisiones de un gobierno que a ratos parece salido de una vieja película de los años 50. Lo que cala más hondo son las heridas y las alegrías personales, esas que cada uno conoce, las que afectan a los vínculos, los afectos, la familia, el trabajo, los amigos y lo que está más cercano a nosotros. Porque al final, por mucho que nos parezca doloroso lo que le ocurre a un grupo de personas de la televisión, o lo que hace el gobierno o lo que ocurre a nivel macro, lo que nos afecta siempre está allí al lado, cerca, a la distancia de un abrazo y de una conversación cara a cara.

Algunos optarán por los viejos ritos de año nuevo, esos que se siguen desde siglos sin saber mucho la razón, calzones amarillos, lencería roja, barrer la casa con fuerza, salir a pasear con una maleta, comprarse ropa nueva, recibir el año con billetes en los bolsillos, comer doce uvas y pedir un deseo por cada una de ellas, arrojar un vaso de agua para eliminar simbólicamente las penas, y así sucesivamente, cualquiera puede elegir la que prefiera. Sin embargo, entendiendo que lo más importante está a la distancia de un abrazo y a una conversación cara a cara, mi invitación es hacer algo diferente, como:

-Escribir una carta, de puño y letra, a la antigua, y enviarla por correo o entregarla personalmente a alguna persona importante de nuestra vida de la cual por circunstancias de la vida nos hemos alejado. Mientras hay vida nunca es tarde para reanudar lazos, luego, cuando adviene la muerte, es amargo pensar en… “y si le hubiera escrito”.

-Pedir perdón a alguien que hemos herido en el camino. Éste es probablemente el esfuerzo más difícil para muchos, pero a la postre el único sendero que permite que la existencia tome un giro distinto y nos dé una oportunidad para crecer.

-Caminar hasta la casa de un amigo o familiar, y simplemente, llegar para abrazar y decir lo importante que ha sido para nosotros… pero hacerlo diferente, no esperar el compromiso de las 12 cuando es obvio, sino llegar antes, en la mañana, cuando no lo espera y decir las tres palabras más importantes del diccionario que nunca los seres humanos deberíamos de dejar de usar: “Te amo” y “gracias”.

-Tener esa conversación que hemos postergado por décadas y a la que siempre le inventamos excusas para evadir, pero, que nos hace daño no hablarlo ni enfrentarlo. El diálogo es el camino más corto a la felicidad, por mucho que los escépticos se vuelvan cínicos al mofarse de los esfuerzos.

Puede parecer ingenuo, sin embargo, de ingenuidad está hecha la vida y de buenos propósitos la existencia, sin embargo, para que realmente dé resultado, hay que pasar de la intención al hecho, y eso es lo que marca toda la diferencia.

¡Feliz año! ¡Feliz día! ¡Feliz vida!

Por mi parte concluyo con estas citas:
“Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de perdonar. Un ser vil no perdona nunca porque no está en su naturaleza. Laurence Sterne (1713-1768)
En la crítica seré valiente, severo y absolutamente justo con amigos y enemigos. Nada cambiará este propósito”. Edgar Allan Poe (1809-1849)

Nota: Este articulo es publicado con la autorización del autor.

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