Por: Raúl Mondragón P.

Había asistido por dos años, de manera irregular a una iglesia pentecostal; pero la semana previa a mi bautismo, fui invitado a una campaña de evangelismo público, por un compañero de trabajo, con el que platique en varias ocasiones acerca de pasajes bíblicos. El conferenciante (Pastor) de aquella semana, me causo una tremenda impresión, por la manera tan clara y precisa, en que transmitía el mensaje Bíblico, explicando los textos, dando los por menores del contexto; todo esto sin emocionalismo barato, ni algarabía. Evidentemente al contrastar lo poco que conocía y había vivido en el movimiento pentecostal, supe definitivamente que esta iglesia, evangelizaba correctamente.