miércoles, 6 de junio de 2012

INSTRUYE AL NIÑO, Y AL ADULTO



Nota (Raúl Mondragón): Angustiado y profundamente conmovido, por la sociedad en la que vivimos, pero al mismo tiempo, con una mirada asertiva; un  buen amigo Gonzalo Hoyuela, escribió esta prosa narrativa, casi poética; de su particular interpretación de Proverbios 22:6. Soy un convencido de que valen la pena las buenas ideas y hay que preservarlas.

Si pudiera dedicar la presente, seria a todo cristiano (me disculpo por tal osadía y atrevimiento). Es mi anhelo, que tanto los padres como los hijos; se brindaran  disculpas por no haber atendido los sabios consejos contenido en la Palabra de Dios ; y por el contrario haberse vuelto meros repetidores de citas Bíblicas, sin ver en ellos a un Padre amante y misericordioso, a decir Dios mismo.
*** 

INSTRUYE AL NIÑO, Y AL ADULTO
(Gonzalo Hoyuela)

“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Provervios 22:6 (RV60)

¡Madre!, ¡Padre! ¿Qué están dispuestos a dar o hacer por su hijo?¨Veamos…
Usted lo acuno en sus brazos y las fibras más íntimas de su ser se sacudieron por un cumulo de sensaciones, que despertaron los más bellos sentimientos, que hasta ahora fuese capaz de albergar y en consecuencia hace mil reflexiones; algunas de ella son:
¡Que es sangre de su sangre!- la parte más delicada de usted mismo-
¡Que es un milagro!- Dios le otorgo el don de procrearlo y eso es maravilloso-
¡Que es hermoso! –El brillo de sus ojos, el color de su piel, la perfección de sus dedos… todo él refleja salud-
¡Que es su responsabilidad! -El crio se ve tan indefenso. Pero usted lo defenderá con uñas y con dientes; como defiende a sus cachorros la pantera- 

Y trabajara como loco, para que no le falte el pan de cada día, ni el vestido que cubra su desnudez, ni el techo que le dará sombra cuando el sol anuncie el medio día, ni el calor del fogón, en el invierno crudo; y nada ni nadie  se lo arrebatara; para su hijo no hay ni habrá  demencia, juicio, ni violencia. No habrá vicio, únicamente escuela, amar solo a Dios… solo idilio. 

Y así con él en sus brazos se llena de expectativas… El angelito ¡será doctor ¡ no…no que sea ingeniero, ante todo¡ un hombre de provecho!, buen hijo, buen esposo, mejor padre; que yo le daré buen ejemplo.

Y el chicuelo crece, crece y crece, dependiendo totalmente de usted padre, de usted madre ¡Que familia, que felicidad! Él quiere saber, el pregunta, pregunta y pregunta; que en casa tiene dos sabios, dos científicos, dos magos, dos gigantes que todo lo saben, todo lo resuelven, todo lo pueden…
 ¡papa trabaja como mula! Hay que hacer ahorros; los días vuelan y vendrá el cumpleaños. El pequeño será feliz, a la vista de las serpentinas, de la piñata, al sabor de los postres y rico pastel ¡Que dulces!, con música, payaso, colores y todo…!ah es tan bueno!... que Santa Claus lo colmara de juguetes al terminar el año, y  mama de caricias, besos y lo cuida de los extraños,…!Que no lo atropelle un carro!, ¡hay que abrigarlo! Que no pesque un catarro. Su ropa muy limpia, su cama olorosa, su cuarto bien arreglado, ha de comer suficiente, Tiene que estar preparado para enfrentar la vida… bueno la vida, es cosa de juego, pero hay que hacerlo bien.

Termina una etapa. ¡Hay que ir a la escuela! Y a celebrar en casa progreso y adelanto... ¡qué maravilla! El niño es un genio, buen futuro le espera. El platica sus cosas cuando viene de fuera, usted le ayuda con su tarea; hoy peleo en el recreo, ¡es natural!, además él no tiene la culpa, sus compañeros son gente de mal, ¿la maestra? No entiende comete injusticia.

Pasan los años avanza en los grados, ¡otra etapa!, ¡otras preguntas!; ahora las respuestas no son precisas, no satisfacen; son reflexiones antiguas. Los padres son “otra onda”, se terminó la magia, son criterios enjutos, ¿el mozalbete? Es un sabio moderno, actualizado científico, él es el mago que todo, todo como por arte de magia, todo resuelve… ¡Es de los grandes! Que todo lo pueden. Él puede llegar tarde sin que nada le pase ¿porque tantos regaños? 

¡Es tiempo de fiestas!, de amigos, de bailes, de licor, de novias, de amantes. Ya no platica sus cosas cuando viene de fuera ¿para qué? No las entienden, son cosas de  adulto, que ruborizan, que agreden, que ofenden. ¡No necesita le ayuden con la tarea ¿y cómo?, si no saben; y por si fuera poco, puede sin estudiar pasar el examen. Se  suceden los ciclos y… ¡El joven reprueba! Debe tantas, tantas materias, que abandona la escuela. De la familia no quiere saber nada; los tíos ¡metiches! La abuela ¡demente! En las casas vecinas ¿no tienen que nada qué hacer? Los viejos amigos no se deben meter.

Sus ojos se tornan huidizos, sucios, sombríos. Su piel macilenta. Ha perdido los bríos al andar. ¡Siempre a la defensiva!, siempre en estado de alerta. A veces come mucho, a veces no quiere comer, se afectó su metabolismo, se alteró su proceder, y ustedes han caído en cuenta, que en grado superlativo algo anda mal y no saben qué hacer. Suprimió las reglas de la cortesía, se acabaron los “gracias y los con permiso”; ya no se sienta a la mesa. Su cuarto otrora limpio, hoy es su madriguera; ahí come, duerme y entre malos olores y la vista perdida, “repasa los misterios que encierra su mente” 

Papa sigue trabajando como mula; ya no compra piñatas, no contrata payasos, no gasta en juguetes. Ahora paga las multas, los abogados y cubre las cuentas, que su vástago; aquel que era su crio indefenso. Pero en estas condiciones no lo pudieron defender con uñas y con dientes como defiende a sus cachorros la pantera; aun hay pan, vestido, fogón y techo para el hijo amado, pero eso a él no le interesa, es presa de una enfermedad artera.

La una, las dos, las tres de la mañana, ¡qué frio! Frio en la calle y frio en el corazón ¿dónde estará? ¿Por qué no llega al tibio abrigo, del dulce afecto de  sus padres?; ¡Maligna visión!:, ¡Esta herido: desangrándose, la cabeza destrozada! ¡No! No se puede más; mama queda en casa orando a Dios, pidiendo la misericordia divina; papa se arroja a las negras calles de la noche a buscar lo que ha perdido  ¿Por dónde empezar? ¡Los separos de la policía! ¡No!... ahí no va a estar, ¿en una fiesta quizá? ¡Ahí viene! Gracias a Dios, ¡no es!; pero si camina igual…el pelo, y esa camisa. ¡A la cruz roja, a los hospitales!, uno a uno y nada; y entonces llega muy fresco en estado inconveniente, casi al despuntar el alba.

Ya no pregunta, ahora miente, miente y miente. ¡Desapareció la grabadora!-la  tiene un pariente-. Se perdió una herramienta. –la lleve para un trabajo urgente-. No encuentro el dinero.-Estara en el cesto. ¡No están los candiles, los perfumes, las joyas, los adornos, hasta los zapatos nuevos! Para todo hay respuesta, respuestas incongruentes; que en casa tiene dos necios, un par de tacaños, que nunca, nuca le dieron lo suficiente.
Porque la vida no es cosa de juego, es algo muy serio.






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